LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 26-33
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos:
«No tengáis miedo a
los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada
hay escondido, que no llegue a saberse.
Lo que os digo en la
oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la
azotea.
No tengáis miedo a
los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede
llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de
gorriones por uno céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo
disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis
contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.
A quien se declare
por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está
en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi
Padre que está en los cielos»
HOMILIA
Jenny era una hermosa niña de cinco años, de ojos
relucientes. Un día, mientras ella con su mamá visitaban unas tiendas, Jenny
vio un collar de perlas de plástico que costaba 8 euros. ¡Cuánto deseaba
poseerlo!. Preguntó a su mamá si se lo compraría.
Su mamá le dijo:
“Hagamos un trato. Yo te compraré el collar y cuando
lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagar el
collar. Y no te olvides que para tu cumpleaños, es muy posible que tu abuelita
te regale 10 euros ¿Estás de acuerdo?”.
Jenny estuvo de acuerdo y su mamá le compró el collar de
perlas. Gracias a su esforzado tesón y a los 10 euros que le regaló su
abuelita, Jenny canceló su deuda.
Jenny amaba sus perlas y las llevaba puestas a todas partes,
menos cuando se bañaba, pues su mamá le había dicho que se volvía de color
verde con el agua.
Jenny tenía un papá que la quería mucho, Cuando Jenny iba a
su cama, él se levantaba del sillón para leerle su cuento preferido.
Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo:
“Jenny, ¿tú me quieres?”
“Oh, sí papá, tú sabes que te quiero”
“Entonces, regálame tus perlas”.
“Oh, papá, mis perlas no”, dijo Jenny.
Una semana después, el papá volvió a preguntarle:
Jenny, ¿tú me quieres?”.
“Oh, sí papá, tú sabes que te quiero”.
“Regálame tus perlas”.
“Oh, papá mis perlas no, pero te doy a Lazos mi caballo de
juguete. Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con él”.
“No, hijita, que Dios te bendiga y felices sueños”, le dijo
el papá dándole un beso en la mejilla.
Algunos días después, cuando el papá de Jenny entró en su
habitación, Jenny estaba sentada en su cama y le temblaban los labios:
“Toma, papá”, y estiró su mano.
La abrió y en su interior estaba su querido collar de perlas
de plástico, el cual entregó a su padre.
Con una mano, él tomó las perlas de plástico, y con la otra
sacó de su bolsillo una cajita de terciopelo azul. Dentro de la cajita había un
collar de perlas verdaderas. El papá las había tenido todo este tiempo
esperando a que Jenny renunciara a la baratija de sus perlas para poder darle
el collar de verdadero valor.
NO tengáis miedo nos dice el Señor, no tengáis miedo a
renunciar a algo por el reino de Dios, por que la recompensa siempre será mayor.
NO tengáis miedo, porque nuestro Padre siempre está con
nosotros, porque cuida de cada uno de sus hijos.
No tengáis miedo a esta sociedad en la que se busca solo la
fachada, en la que las personas se miden por lo que tienen y no por lo que se
son, porque vosotros tenéis el poder de transformarlo con vuestra vida.
Somos nosotros los que sin miedo debemos salir al mundo y
con amor y esfuerzo ir transformando esta sociedad, pero siempre que no
tengamos miedo a lo que digan, a las críticas y que nos miren con desprecio.
Que seamos capaces de superar nuestros miedos. Dios siempre
sostiene nuestro caminar, Dios siempre tiene una gran recompensa para nosotros.
FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario