domingo, 29 de enero de 2023

DOMINGO CUARTO DEL TIEMPO ORDINARIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 1- 12a

EN aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió al monte, se sentó y se acercaron sus discípulos; y, abriendo su boca, les enseñaba diciendo:

«Bienaventurados los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados.

Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.

Bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo».

HOMILÍA

En cierta ocasión, se reunieron todos los Dioses y decidieron crear al hombre y la mujer, y planearon hacerlo a su imagen y semejanza.

Entonces uno de ellos dijo:

- “Esperen, si los vamos a hacer a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro, fuerza e inteligencia igual a la nuestra… debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros, ya que, de no ser así, estaremos creando nuevos dioses. Debemos quitarles algo, pero… ¿qué les quitamos?”

Después de mucho pensar otro dijo:

- “¡Ya sé, vamos a quitarles la felicidad!... pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren jamás”.

Propuso el primero:

- “Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo”, a lo que inmediatamente repuso otro:

- “No, recuerda que les dimos fuerza, alguna vez alguien puede subir y encontrarla, y si la encuentra uno, ya todos sabrán donde está”.

Luego propuso otro:

- “Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar”, y otro contestó:

- “No, recuerda que les dimos inteligencia, alguna vez alguien va construir una esquina por la que pueda entrar y bajar y entonces la encontrarán”.

Uno más dijo:

- “Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra”. Y le dijeron:

- “No, recuerda que les dimos inteligencia, y un día alguien va construir una nave en la que pueda viajar a otros planetas y la va a descubrir, y entonces todos tendrán felicidad y serán iguales a nosotros”.

El último de ellos, que era un Dios que había permanecido en silencio, escuchando atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses, analizó en silencio cada una de ellas y entonces rompió el silencio y dijo:

- “Creo saber dónde ponerla para que realmente nunca la encuentren”

Todos voltearon asombrados y preguntaron al unísono:

- “¿Dónde?”

- “La esconderemos dentro de ellos mismos… estarán tan ocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán”.

Todos estuvieron de acuerdo, y desde entonces ha sido así: el hombre se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que la trae consigo...

Hoy el Señor nos deja en esta bellísima página del Evangelio un mapa para llegar a esa felicidad. Las bienaventuranzas no son una forma de fastidiarnos la vida, sino todo lo contrario, son el camino para mirar dentro de nosotros, para mirar al corazón del otro y así poder encontrar la alegría del amor, de la entrega, del perdón.

Las bienaventuranzas son la mejor forma de encontrarnos con nuestro verdadero yo, pero sobre todo con el verdadero tu, para poder desde la pobreza de espíritu, desde la mansedumbre, desde la misericordia, desde el hambre de justicia, encontrarnos con los que nos necesitan y con los que necesitan nuestra felicidad, nuestra alegría.

Nunca nos cansemos de vivir las bienaventuranzas, ellas nos llevan a la felicidad y así nosotros llevamos la felicidad al corazón de los demás.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 22 de enero de 2023

DOMINGO TERCERO DEL TIEMPO ORDINARIO

 Siempre que leo cualquiera de los relatos en los que Jesús llamó a sus discípulos, hago la misma reflexión: que facilidad tuvieron aquellos hombres para dejarlo todo y seguir a Jesús y lo que a mí me cuesta dejar ciertas cosas y ciertos hábitos que se que no son los mejores a la hora de ponerme al servicio de aquel me llama y que quiere que lo deje todo para seguirlo.

Un día, estaba con esta reflexión cuando leí en algún sitio la siguiente historia:

Un día decidí darme por vencido...renuncié a mi trabajo, a mi relación, a mi espiritualidad... quería renunciar a mi vida.
Fui al bosque para tener una última charla con Dios.

"Dios", le dije. "¿Podrías darme una buena razón para no darme por vencido?" Su respuesta me sorprendió..."

Mira a tu alrededor", El dijo:
"Ves el helecho y el bambú?"
"Sí", respondí.

"Cuando sembré las semillas del helecho y el bambú, las cuidé muy bien. Les di luz. Les di agua. El helecho rápidamente creció.

Su verde brillante cubría el suelo. Pero nada salió de la semilla de bambú. Sin embargo no renuncié al bambú.

En el segundo año el helecho creció más brillante y abundante. Y nuevamente, nada creció de la semilla de bambú. Pero no renuncié al bambú." Dijo Él.

"En el tercer año, aun nada brotó de la semilla de bambú. Pero no renuncié." Me dijo.

"En el cuarto año, nuevamente, nada salió de la semilla de bambú. "No renuncié" dijo.


"Luego en el quinto año un pequeño brote salió de la tierra.
En comparación con el helecho era aparentemente muy pequeño e insignificante. Pero sólo 6 meses después el bambú creció a más de 30 metros de altura. Se había pasado cinco años echando raíces.

Aquellas raíces lo hicieron fuerte y le dieron lo que necesitaba para sobrevivir.

"No le daría a ninguna de mis creaciones un reto que no pudiera sobrellevar" me dijo Él. "¿Sabías que todo este tiempo que has estado luchando, realmente has estado echando raíces?"

"No renunciaría al bambú. Nunca renunciaría a ti. No te compares con otros" Me dijo. "El bambú tenía un propósito diferente al del helecho, sin embargo, ambos eran necesarios y hacían del bosque un lugar hermoso".

"Tu tiempo vendrá" Dios me dijo. "¡Crecerás muy alto!"
"¿Qué tan alto debo crecer?" Pregunté.
"¿Qué tan alto crecerá el bambú?" Me preguntó en respuesta.
"¿Tan alto como pueda?" Indagué.

Espero que estas palabras puedan ayudarte a entender que Dios nunca renunciará a ti.

Nunca te arrepientas de un día en tu vida. Los buenos días te dan felicidad. Los malos días te dan experiencia. Ambos son esenciales para la vida. Continúa...

Dos cosas son las que comprendí con esta historia y que creo que hoy nos pueden ayudar a rezar un poco en el ratillo de la misa: La primera es que Dios, después de su llamada siempre tiene paciencia con nosotros, no se desespera, y sigue cuidándonos hasta que nosotros seamos capaces de dar fruto. No nos impone un tiempo ni nos marca unos objetivos. Solo nos llama para que nosotros demos lo que somos y a nuestro tiempo.

Y lo segundo que comprendí, es que todas las cosas que nos pasan en esta vida tienen un único propósito, el hacernos crecer, el hacernos avanzar. La llamada de Dios es esa luz que brilla en nuestra vida y que ilumina nuestro camino. Una luz que nos hace ver de manera nueva y diferente lo que nos ocurre e incluso lo que somos. Porque sólo a la luz de Dios nuestra vida cobra un sentido nuevo, un sentido de trascendencia, un sentido de plenitud.

Puede que nuestra vida no sea perfecta, y que nuestra respuesta a la llamada de Dios deje mucho que desear, pero lo que en verdad debe importarnos es que Dios sigue confiando en nosotros, nos sigue cuidando y amando cada día, esperando el momento en que nosotros comencemos a dar frutos, sin cansarse, sin presionarnos, sólo esperando. ¿Seremos capaces de responder, de no desesperarnos?. Él seguro que confía en nosotros.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 15 de enero de 2023

DOMINGO II DEL TIEMPO ORDINARIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1 29- 34

En aquel tiempo; al ver Juan a Jesús que venía hacia él, exclamó:

--Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Éste es aquél de quien yo dije: "Tras de mí viene un hombre que está por delante de mí, porque existía antes que yo." Yo no lo conocía, pero he salido a bautizar con agua, para que sea manifestado a Israel.

Y Juan dio testimonio diciendo:

--He contemplado al Espíritu que bajaba del cielo como una paloma, y se posó sobre él. Yo no lo conocía, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: "Aquél sobre quien veas bajar el Espíritu y posarse sobre él, ése es el que ha de bautizar con Espíritu Santo." Y yo lo he visto, y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios.

 

HOMILÍA

Dos hombres, ambos enfermos de gravedad, compartían el mismo cuarto del hospital. A uno de ellos se le permitía sentarse durante una hora en la tarde, para drenar el líquido de sus pulmones. Su cama estaba al lado de la única ventana de la habitación. El otro tenía que permanecer acostado de espaldas todo el tiempo.
Conversaban incesantemente todo el día y siempre hablaban de sus esposas y familias, sus hogares, empleos, experiencias durante sus servicios militares y sitios visitados durante sus vacaciones. Todas las tardes el paciente ubicado al lado de la ventana se pasaba el tiempo relatándole a su compañero de cuarto lo que veía. Con el tiempo, el compañero acostado de espaldas --que no podía asomarse a la ventana-- se desvivía por esos períodos de una hora durante los que se deleitaba con los relatos de las actividades y colores del mundo exterior.
La ventana, según su compañero, daba a un parque con un bello lago. Los patos y cisnes se deslizaban por el agua mientras los niños jugaban con sus botecitos a la orilla. Los enamorados se paseaban tomados de la mano entre las flores multicolores, en un paisaje con árboles majestuosos. En la distancia se divisaba una bella vista de la ciudad.
A medida que el paciente cerca de la ventana describía todo esto con detalles exquisitos, su compañero cerraba los ojos e imaginaba un cuadro pintoresco. Una tarde le describió un desfile que pasaba por el hospital y aunque él no pudo escuchar la banda, lo pudo ver a través del ojo de la mente mientras su compañero se lo describía.
Pasaron los días y las semanas y una mañana, la enfermera al entrar para el aseo matutino, encontró el cuerpo sin vida del paciente cuya cama estaba cerca de la ventana. Parecía haber expirado tranquilamente, durante su sueño. Con mucha tristeza, avisó para que trasladaran el cuerpo. Al día siguiente, el otro paciente pidió que lo trasladaran cerca de la ventana. A la 
enfermera le agradó hacer el cambio y luego de asegurarse de que estaba cómodo, lo dejó solo. Con mucho esfuerzo y dolor, se apoyó de un codo para poder mirar al mundo exterior por primera vez. Finalmente tendría la alegría de verlo por sí mismo. Se esforzó para asomarse a la ventana y lo que vio fue la pared del edificio de al lado.
Confundido y entristecido, le preguntó a la enfermera qué sería lo que animó a su difunto compañero de cuarto a describir tantas cosas maravillosas que dijo haber visto a través de la ventana. La enfermera le respondió que el señor era ciego y no podía ver ni la pared 
de enfrente. "Quizás solamente deseaba animarlo a usted", dijo.

Nuestra actitud en la vida, y es lo que Juan nos expresa hoy en el Evangelio, debe ser anunciar aquello que hemos vivido, de lo que nos hemos llenado. Trasmitir las maravillas que Dios hace con nosotros, transmitir el amor que nos tiene, el perdón que nos concede.

Los cristianos debemos dar testimonio de nuestra fe, al igual que Juan dio testimonio de Jesús, no porque sea una obligación, sino porque no podemos guardarnos para nosotros solos todo lo que Dios hace con nosotros y todo lo que experimentamos.

Por eso seamos luz para los demás y descubrámosles ese mundo maravilloso que hay en frente nuestra, un mundo lleno de luz, de amor, der vida. Un mundo lleno de Dios.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA

domingo, 8 de enero de 2023

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 3, 13- 17

En aquel tiempo, vino Jesús desde Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara.

Pero Juan intentaba disuadirlo diciéndole:

-«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?».

Jesús le contestó:

-«Déjalo ahora. Conviene que así cumplamos toda justicia».

Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrieron los cielos y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. Y vino una luz de los cielos que decía:

-«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco».

 

HOMILIA

Un hombre encontró un huevo de águila y lo puso en el nido de una gallina, en un corral. El aguilucho fue incubado junto con la nidada de polluelos, y creció con ellos. Y ella águila hacía lo que hacían los pollos del corral, creyendo que era uno de ellos. Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos. Piaba y cacareaba. Y movía las alas y volaba unos pocos metros.

Pasaron los años y el águila envejeció. Un día vio un ave magnífica volando por encima de ella, en el cielo sin nubes. Se deslizaba con graciosa majestad entre las poderosas corrientes de aire, moviendo sus fuertes alas doradas. La vieja águila miraba hacia arriba con asombro.

- ¿Quién es ella? —peguntó.

- Ella es el águila, la reina de las aves —le dijo su vecina—. Nadie vuela como ella, nadie puede cazar como ella. Ella pertenece al cielo. Nosotras, en cambio,  pertenecemos a la tierra; somos gallinas. ¡Tú eres una gallina!

Así, aquella pobre águila vivió y murió creyendo que en verdad era una gallina.

Celebramos en este día el bautismo del Señor. En los días de Navidad hemos celebrado y vivido la llegada de Jesús al mundo, hoy celebramos el inicio de su vida pública, de su predicación, de la presentación que Dios hace de él: “este es mi hijo amado, mi predilecto”.

Pero no sólo recordamos lo que pasó hace muchos años, sino que actualizamos aquel momento recordando que en nuestro propio bautismo se hizo actualidad lo que pasó con Jesús ese día. El día que fuimos bautizados, Dios nos escogió, como escogió a su hijo, para dar a conocer su mensaje. Nos escogió como sus hijos predilectos, como sus hijos amados, y nos envió a cumplir la misión de anunciar su evangelio.

Cada bautizado, tiene en sí mismo el don para realizar grandes obras, ya que Dios le regaló el Espíritu Santo el día de su bautismo. El problema está en que es más fácil vivir en nuestra comodidad, que dejarse llevar por ese espíritu. Es más fácil vivir preocupado de mí y de los míos que vivir entregado por los que me necesitan aunque no los conozca. Es más fácil hacer oídos sordos a los sufrimientos ajenos, poniendo como excusa que problemas tenemos todos. Es más fácil, limpiar mi conciencia con cualquier obra buena, para luego encerrarme en mi mismo y olvidarme de los demás.

Tenemos un don, el mejor don, no lo desperdiciemos parados en tierra. Reconozcamos lo que somos, y adentrémonos en el mundo que Dios nos ha regalado para llevar a cabo nuestra misión: dar a conocer a Jesucristo a todos, viviendo como él vivió.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

viernes, 6 de enero de 2023

LA EPIFANÍA DEL SEÑOR

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 2, 1-12

Jesús nació en Belén de Judá en tiempos del rey Herodes. Entonces, unos Magos de Oriente se presentaron en Jerusalén preguntando:

-- ¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo.

Al enterarse el rey Herodes, se sobresaltó y todo Jerusalén con él; convocó a los sumos pontífices y a los letrados del país, y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le contestaron:

-- En Belén de Judá, porque así lo ha escrito el Profeta: "Y tú. Belén, tierra de Judá, no eres ni mucho menos la última de las ciudades de Judá; Pues de ti saldrá un jefe que será el pastor de mi pueblo Israel”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los Magos, para que le precisaran el tiempo en que había aparecido la estrella, y los mandó a Belén diciéndoles:

-- Id y averiguad cuidadosamente qué hay del niño y, cuando lo encontréis, avisadme, para ir yo también a adorarlo.

Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y de pronto la estrella que había visto salir comenzó a guiarlos hasta que vino a pararse encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con María, su madre, y cayendo de rodillas, lo adoraron: después, abriendo sus cofres, le ofrecieron regalos: oro, incienso y mirra.

Y habiendo recibido en sueños un oráculo, para que no volvieran a Herodes, se marcharon a su tierra por otro camino.

HOMILÍA

Una persona perversa resuelve hacer un presente a una persona pobre por su cumpleaños, e irónicamente manda preparar una bandeja llena de basura y desperdicios.

En presencia de todos, manda entregar el presente, que es recibido con alegría por el agasajado.

Gentilmente, el agasajado agradece y pide que lo espere un instante, ya que le gustaría poder retribuir la gentileza.

Tira la basura, lava la bandeja, la cubre de flores, y la devuelve con un papel, donde dice:
"Cada uno da lo que posee."

Hoy celebramos la Epifanía del Señor, el día de los reyes, y lo recordamos con  regalos para los seres queridos, recordando aquellos presentes que los Magos entregaron a Jesús. Pero ese gesto familiar y precioso, no puede quedarse solamente en eso.

Dios nos hizo el mejor regalo al entregarnos a su hijo, nosotros debemos corresponder con un presente. ¿Qué es lo que le damos cada día?.

Cada día el Señor nos pide que celebremos esta fiesta dándole lo mejor que nosotros llevamos dentro, que quitemos de en medio las envidias, los egoísmos, las disputas, y le regalemos el amor, el perdón, la misericordia. Esta es la verdadera fiesta de Reyes, porque entregando lo mejor que nosotros tenemos, nos estamos entregando nosotros mismos.

FELIZ DÍA DE REYES A TODOS Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 1 de enero de 2023

SOLEMNIDAD MARÍA MADRE DE DIOS

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 2, 16-21

En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo que les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que había visto y oído; todo como les había dicho. Al cumplirse los ocho días tocaba circuncidar al niño y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

HOMILÍA

Ahora que termina el año, es hora de hacer un poco de repaso de lo mucho o lo poco que lo hemos aprovechado. Os doy unos cuantos datos curiosos: dormimos unas ocho horas diarias, que por 365 días que tiene el año son 2920 horas, o lo que es lo mismo 121 dias completos durmiendo.

Trabajamos 8 horas, más o menos, unos 200 días al año, quitando fines de semana, festivos y vacaciones. Eso son 1600 horas al año, 66 días completos. Viendo la tele, según algunos estudios, nos pasamos 3 horas diarias, o lo que es lo mismo, 46 días al año.

¿Y todos estos datos para que nos pueden servir? Para darnos cuenta que no merece la pena perder ni un minuto de nuestro tiempo sufriendo y haciendo que sufran los otros.

Merece la pena aprovechar nuestra vida, y muchas veces nos hemos empeñado en llenar la vida de días, y no de llenar los días de vida. En nuestras manos está que cada minuto que tenemos lo aprovechemos para ser nosotros felices y para hacer felices a los demás. Cuanto tiempo malgastado en peleas, en discusiones, en malos momentos.

Cierto día un hombre entró en una Iglesia y se puso a rezar así a Dios: Estoy cansado de trabajar y de ver a la misma gente, camino a mi trabajo todos los días. Llego a la casa y mi esposa sirvió lo mismo de la comida para cenar. Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja porque quiere jugar conmigo, no entiende que estoy cansado. Mi Padre también me molesta algunas veces y entre clientes, esposa, hija, padre, me vuelven loco, quiero paz. Lo único bueno es el sueño, al cerrar mis ojos siento un gran alivio de olvidarme de todo y de todos.

- Hola, vengo por ti.
- ¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste?
Me manda Dios por ti. Dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de descansar.
- Eso no es posible, para eso tendría que estar...
- Así es, si lo estás, ya no te preocuparás por ver a las mismas gentes, ni de aguantar a tu esposa con su guisos, ni a tu pequeña hija que te moleste, ni escucharás los consejos de tu padre.
- Pero... ¿qué va a pasar con todo? ¿Con mi trabajo?
- No te preocupes, en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu puesto y por cierto, está muy feliz por que no tenía trabajo.
- ¿Y mi esposa y mi bebé?
- A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades y acepta con gusto todos sus guisos sin reclamarle nada. Y además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera suya y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo para jugar con ella y son muy felices.
- No, no puedo estar muerto.
Lo siento, la decisión ya fue tomada.
- Pero...eso significa que jamás volveré a besar la mejillita de mi bebé, ni a decirle te amo a mi esposa, ni darle un abrazo a mi padre.
NO, NO QUIERO MORIR, QUIERO VIVIR, envejecer junto a mi esposa, NO QUIERO MORIR TODAVIA....
Pero es lo que querías, descansar, ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para SIEMPRE.
NO, NO QUIERO, NO QUIERO, POR FAVOR DIOS....!!!!
Qué te pasa amor tienes una pesadilla?, dijo mi esposa despertándome.
No, no fue una pesadilla, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé, de mi familia, de todo lo que Dios creó. ¿Sabes?, estando muerto ya nada puedes hacer y estando vivo puedes disfrutarlo todo...
 

Aprovechemos este nuevo año que se presenta, ya que sólo depende de nosotros. Seamos felices, y hagamos felices a los demás.

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS. FELIZ VIDA. QUE DIOS OS BENDIGA.