LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO
En aquel tiempo, al
ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y
abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus
discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad,
pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»
Y llamando a sus
doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar
toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el
primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su
hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el
Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judás Iscariote, el que lo entregó.
A estos doce los
envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni
entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de
Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos,
resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido
gratis, dadlo gratis.»
HOMILIA
Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había
perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir.
Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se
había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro.
Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio
del mismo tigre. El comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se
dijo a sí mismo: «Voy también yo a quedarme en un rincón, confiando plenamente
en el Señor, y éste me dará cuanto necesito».
Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y. el
pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una Voz que le
decía: «¡Oh, tú, que te hallas en la senda del error, abre tus ojos a la
Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro
mutilado».
Muchos hoy la única
idea que tienen de Dios, de la religión y de la fe, es lo que ven en los que
creemos. La gente no siempre se cree lo que decimos, pero creerán en
lo que hacemos. Si se nos nota
que creer en el Señor y confiar en su
amor nos sirve de verdad en la vida, estaremos ayudando a que otros, por lo
menos, se lo piensen. Sin nosotros, con todas nuestras faltas, es imposible que continúe ni la Iglesia ni el
evangelio. Cristo nos necesita a todos. Que en la lista de sus apóstoles no
falte ni tu nombre ni el mío.
FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.
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