domingo, 17 de enero de 2021

DOMINGO SEGUNDO DEL TIEMPO ORDINARIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 1, 35-42

En aquel tiempo estaba Juan con dos de sus discípulos y fijándose en Jesús que pasaba, dijo:

--Este es el cordero de Dios.

Los dos discípulos oyeron sus palabras y siguieron a Jesús, Jesús se volvió y al ver que lo seguían, les pregunto:

--¿Qué buscáis?

Ellos le contestaron:

--Rabí (que significa Maestro), ¿dónde vives?

Él les dijo:

--Venid y lo veréis

Entonces fueron, vieron donde vivían y se quedaron aquel día, serían las cuatro de la tarde.

Andrés, hermano de Simón Pedro, era uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús; encontró primero a su hermano Simón y le dijo:

--Hemos encontrado al Mesías (que significa Cristo).

Y lo llevó a Jesús. Jesús se le quedó mirando y le dijo:

-- Tú eres Simón, el hijo de Juan; tú te llamarás Cefas (que significa Pedro).

HOMILÍA

Un hombre encontró un huevo de águila y lo puso en el nido de una gallina, en un corral. El aguilucho fue incubado junto con la nidada de polluelos, y creció con ellos. Y aquella águila hacía lo que hacían los pollos del corral, creyendo que era uno de ellos. Escarbaba la tierra en busca de gusanos e insectos. Piaba y cacareaba. Y movía las alas y volaba unos pocos metros.

 

Pasaron los años y el águila envejeció. Un día vio un ave magnífica volando por encima de ella, en el cielo sin nubes. Se deslizaba con graciosa majestad entre las poderosas corrientes de aire, moviendo sus fuertes alas doradas. La vieja águila miraba hacia arriba con asombro.

- ¿Quién es ella? —peguntó.

- Ella es el águila, la reina de las aves —le dijo su vecina—. Nadie vuela como ella, nadie puede cazar como ella. Ella pertenece al cielo. Nosotras, en cambio,  pertenecemos a la tierra; somos gallinas. ¡Tú eres una gallina!

Así, aquella pobre águila vivió y murió creyendo que en verdad era una gallina.

 

Si nadie nos hubiera hablado de Dios, si nadie se hubiera preocupado de enseñarnos qué significa ser cristiano, y cuál debe ser nuestra forma de vivir y de creer, no podríamos disfrutar de todo lo que nuestra fe nos da. Pero si nosotros no hubieramos dado el paso de seguir a Cristo, si nosotros no hubiéramos decidido seguirlo, seguiríamos siendo como aquella águila.

 

Hoy Juan el Bautista nos muestra a Jesús, nos muestra el camino a seguir, de nosotros depende el querer seguirlo, el seguir adelante, el caminar con Jesús, el buscarlo en medio de nuestra vida, en los rostros de la gente que nos encontramos, en el corazón de aquél que nos ha herido, o de aquel que nos necesita.

 

Tenemos cada día nuevas oportunidades para seguir a aquel que es el Cordero de Dios, y lo mejor, tenemos cada día la oportunidad de señalar el camino para que otros al vernos puedan seguir a Aquel que a nosotros nos da la felicidad.

 

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

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