LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 22, 34-40
En aquel tiempo, los fariseos, al
oír que Jesús había hecho callar a los saduceos, se reunieron en un lugar y uno
de ellos, un doctor de la Ley, le preguntó para ponerlo a prueba:
«Maestro, ¿cuál es el mandamiento
principal de la Ley?».
Él le dijo:
«"Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente".
Este mandamiento es el principal y
primero. El segundo es semejante a él:
"Amarás a tu prójimo como a ti
mismo."
En estos dos mandamientos sostienen
toda la Ley y los Profetas».
HOMILÍA
Cuentan que un
sacerdote se aproximó a un herido en medio del fragor de la batalla y le
preguntó:
- ¿Quieres que te
hable de Dios?
- Primero dame agua
que tengo sed - dijo el herido.
El sacerdote le
entregó el último trago de su cantimplora, aunque sabía que no había más agua
en kilómetros a la redonda.
- ¿Ahora puedo?,
preguntó de nuevo.
- Primero, dame de
comer - suplicó el herido.
El sacerdote le dio
el último mendrugo de pan que atesoraba en su mochila
- Tengo frío – fue
el siguiente clamor y el hombre de Dios se despojó de su abrigo pese al frío y
cubrió al lesionado.
- Ahora sí – le dijo
al sacerdote – ahora puedes hablarme de ese Dios que te hizo darme tu última
agua, tu último pedazo de pan y tu único abrigo. Ahora sí quiero conocer a tu
Dios.
Está claro que para
nosotros los cristianos los mandamientos son amar a Dios y al prójimo, pero
debemos saber que para pode amar a Dios necesitamos amar primero al prójimo,
sino nuestra fe se queda en una mera espiritualidad vacía de contenido.
Para poder llegar a
Dios el camino que nos marcó y que cada día nos marca, pasa por la persona que
tenemos al lado, porque sólo podremos expresar nuestro amor por Dios en el que tenemos
más cerca.
Por eso empeñémonos
en amar al prójimo, porque amando al hijo, amamos también al Padre.
FELIZ DOMINGO Y QUE
DIOS OS BENDIGA.
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