LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 2, 16-21
En aquel tiempo los pastores fueron corriendo y encontraron
a María y a José y al Niño acostado en el pesebre. Al verlo, les contaron lo
que les había dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que
decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su
corazón. Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que
había visto y oído; todo como les había dicho. Al cumplirse los ocho días
tocaba circuncidar al niño y le pusieron por nombre Jesús, como lo había
llamado el ángel antes de su concepción.
HOMILÍA
Comenzamos un nuevo año, y quiero comenzar deseándoos a
todos un Feliz Año Nuevo, y sobre todo un Feliz Año Bueno.
Lo mejor de esto es que por más que nos deseen un año feliz,
lo que de verdad importa es que seamos nosotros los que convirtamos este nuevo
año en alegría, ya que depende de nosotros que este año sea Feliz.
Algunos
decían que él era muy extraño, otros, que era sobrenatural. Las notas mágicas
que salían de su violín tenían un sonido diferente, por eso nadie quería perder
la oportunidad de ver su espectáculo.
Una cierta
noche, el palco de un auditorio repleto de admiradores estaba preparado para
recibirlo. La orquestra entró y fue aplaudida. El maestro fue ovacionado. Mas
cuando la figura de Paganini surgió, triunfante, el público deliró.
Paganini
coloca su violín en el hombro y lo que se escucha es indescriptible. Breves y
semibreves, fusas y semifusas, corcheas y semicorcheas parecen tener alas y
volar con el toque
de sus dedos encantados.
de sus dedos encantados.
De repente,
un sonido extraño interrumpe el solaz de la platea. Una de las cuerdas del
violín de Paganini se rompió. El maestro paró. La orquestra paró. El público
paró. Pero Paganini no paró. Mirando su partitura, continúa arrancando sonidos
deliciosos de un violín con problemas.
El maestro
y la orquesta, exaltados, vuelven a tocar. Antes de que el público se serenara,
otro sonido perturbador derrumba la atención de los asistentes. Otra cuerda del violín de Paganini se rompe. El maestro paró nuevamente. La orquesta paró nuevamente. Paganini no paró.
otro sonido perturbador derrumba la atención de los asistentes. Otra cuerda del violín de Paganini se rompe. El maestro paró nuevamente. La orquesta paró nuevamente. Paganini no paró.
Como si
nada hubiese sucedido, él olvidó las dificuldades y avanzó sacando sonidos de
lo imposible. El maestro y la orquesta, impresionados volvieron a tocar. Pero
el público no podría imaginar lo que estaba por suceder. Todas las personas,
atónitas, exclamaron OHHH! Una tercera cuerda del violín de Paganini se rompe. El maestro se paralizó. La orquesta paró. La respiración Del
público se detuvo. Pero Paganini como si fuese un contorsionista musical,
arranca todos los sonidos de la única cuerda que sobrara de su violín
destruido.
El público
parte del silencio para la euforia, de la inercia para el delirio. Paganini
alcanza la gloria. Su nombre corre a través del tiempo. No es apenas un
violinista genial. Es el símbolo del profesional que continúa adelante frente a
lo imposible.
Es verdad que podréis decir que a lo largo del año, seguro
que hay miles de cosas que nos suceden y que escapan a nuestro control, y que
nos hacen infelices. Pero no estoy totalmente de acuerdo con eso. Todas las
situaciones o circunstancias que nos vienen de fuera, pueden alterar nuestro
estado de ánimo, pero no nuestro yo más íntimo.
Una persona puede sentir dolor, pero eso no la convierte en
una amargada. O se puede experimentar la tristeza, pero eso no te convierte en
alguien triste. La felicidad va más allá de lo que experimentamos en cada
momento. Se arraiga en nuestro ser más profundo, se hace parte de nosotros, o
más bien, se hace una con nosotros.
Ese es el sentido cristiano de este primer día del año. Y
por eso la Iglesia nos da dos motivos para rezar y sobre todo para marcarnos el
camino en este nuevo año.
Por un lado, nos presenta la imagen de María, la Madre de
Dios. Ella es el mejor modelo a seguir para alcanzar esa plenitud, esa
felicidad. Ella a pesar de sufrir mucho, era la Dichosa, la feliz, porque sabía
que Dios la había elegido para esa vida, para esa entrega. Ella en el
seguimiento de su hijo, encontró esa dicha, de quien sabe que sólo Él puede
darnos lo que más anhelamos.
Por otro lado, el seguimiento de Jesús, y el ejemplo de
María, nos llevan a ser parte de la historia de la salvación que Dios quiere
realizar en este mundo, y por eso hoy se celebra la jornada mundial de la paz.
Los cristianos debemos de ser constructores de esa paz que vino a traer
Jesucristo, y por supuesto, rezar para que los hombres puedan llegar a
entenderse, y se libere por fin este mundo, de toda clase de violencia.
Fijaos si no hay motivos para rezar en este primer día del
año.
Que el Señor nos conceda un año no Feliz, sino un año
convertido en Felicidad en nuestra vida y de ese modo convertido en Felicidad
en la vida de los que nos rodean.
FELIZ AÑO NUEVO Y QUE DIOS OS BENDIGA.
Preciosa homilía, la estoy leyendo y a la vez escucho el concierto de Año Nuevo, desde Viena...que feliz coincidencia, en este día especial.
ResponderEliminarGracias por estas palabras para reflexionar en este comienzo de año.
La felicidad está en la Paz que emana del alma, cuando sabes quién eres y te abandonas en el Padre.
Con Fe y humildad, como Santa María.
Feliz Año Nuevo desde Jaén.
Esperó volver pronto a esa bella tierra vuestra.