LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 1-6
En aquel tiempo dijo
Jesús a sus discípulos: -No perdáis la calma: creed en Dios y creed también en
mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, y me voy a prepararos sitio.
Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde
estoy yo, estéis también vosotros. Y a donde yo voy, ya sabéis el camino. Tomás
le dice:
--Señor, no sabemos
a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?
Jesús le responde:
--Yo soy el camino,
y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre sino por mí.
HOMILÍA
La liturgia de este domingo, coincide con el día de todos
los fieles difuntos. Hoy recordamos y rezamos por todas esas personas que han
pasado por nuestra vida y que ya nos han precedido en el momento de la muerte.
Pero no es sólo un día para recordar y para sufrir por aquellos que ya no están
entre nosotros, hoy es un día para la esperanza, para recordarnos que todos
nosotros pasaremos por ese momento y que hay que vivir la vida desde la
seguridad de saber que Cristo murió por nosotros para que el momento de la
muerte no fuera el final.
Una mañana llegó a las puertas de la ciudad un mercader
árabe y allí se encontró con un pordiosero medio muerto de hambre. Sintió pena
por él y le socorrió dándole dos monedas de cobre.
Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:
- “¿Qué has hecho con las monedas que te he dado?”, preguntó el mercader.
- “Con una de ellas me he comprado pan, para tener de qué vivir; con la otra me he comprado una rosa, para tener por qué vivir…”.
Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:
- “¿Qué has hecho con las monedas que te he dado?”, preguntó el mercader.
- “Con una de ellas me he comprado pan, para tener de qué vivir; con la otra me he comprado una rosa, para tener por qué vivir…”.
Cada día el Señor nos regala rosas para que nuestra vida
tenga sentido, aunque las cosas salgan mal, aunque muchas veces no encontremos
sentido, cada día Dios sale a nuestro encuentro para darnos miles de razones para
vivir, para aprovechar cada segundo de nuestra vida, y sobre todo para vivir
con la esperanza de que todo lo que hagamos en esta vida, tendrá un sentido
junto al Padre.
No es cuestión de estar pensando cada día en la muerte,
sino, pensar en la vida, en lo que tenemos y en la nueva vida que tendremos.
Sólo así pasaremos por esta vida con la alegría de saber que todo tiene
sentido, y que depende de nosotros ver esas rosas por las que vivir.
FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario