LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 6, 1-6.16-
18
En aquel tiempo,
dijo Jesús a sus discípulos:
-- Cuidad de no
practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de
lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto,
cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta delante como hacen los
hipócritas en las sinagogas y por las calles con el fin de ser honrados por los
hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio,
cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así
tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en
las sinagogas y en las esquinas para que los vea la gente. Os aseguro que ya
han recibido su paga.
Cuando tú vayas a
rezar entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo
escondido, y tu padre, que ven en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis no
andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a
la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga, Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que ayuno lo note, no
la gente, sino tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo
escondido, te recompensará.
HOMILÍA
Había una vez, un gurú que vivía con sus seguidores en
ashram en la India.
Una vez por día, al caer el sol, el gurú se reunía con sus
discípulos y predicaba.
Un día, apareció en el ashram un hermoso gato que seguía al
gurú por dondequiera que él fuera.
Resultó que cada vez que el gurú predicaba, el gato se
paseaba permanentemente por entre los discípulos, distrayendo su atención de la
charla del maestro.
Por eso, un día, el maestro tomó la decisión de que cinco
minutos antes de empezar cada charla, ataran al gato para que no interrumpiera.
Pasó el tiempo, hasta que un día el gurú murió.
El discípulo más viejo se transformó en el nuevo guía
espiritual del ashram.
Cinco minutos antes de su primera prédica, mandó a atar al
gato.
Sus ayudantes tardaron veinte minutos en encontrar al gato,
para poder atarlo...
Pasó el tiempo, hasta que un día murió el gato.
El nuevo gurú mandó que consiguieran otro gato para poder
atarlo.
Cuando hacemos las cosas porque sí, porque está mandado o
porque siempre se ha hechoasí nos quedamos con gestos vacíos y sin sentido.
Hoy comenzamos la cuaresma con un gesto que o lo llenamos de
contenido o no sirve para nada. Echarse ceniza en la cabeza es un gesto
absurdo, pero si ese gesto lo acompañamos con nuestro deseo de cambiar, de ser
mejores durante este tiempo de cuaresma, entonces sí que tendrá sentido.
E igual que el gesto de la ceniza, el ayuno y la abstinencia
de estos días cuaresmales debe de llevar el sentido de quitar de nuestras vidas
aquello que nos estorbe, aquello de lo que deberíamos ayunar y abstenernos.
Todos los gestos tienen sentido si nosotros se los damos.
Que no pase esta cuaresma sin que llenemos nuestras vidas de signos, pero sobre
todo los signos los llenemos de vida.
FELIZ CUARESMA Y QUE DIOS OS BENDIGA.
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