domingo, 9 de febrero de 2014

DOMINGO V DEL TIEMPO ORDINARIO

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 5, 13- 16
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
--Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del candelero, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.

HOMILÍA
Un hombre que acababa de encontrarse con Jesús Resucitado, iba a toda prisa por el camino de la Vida, mirando por todas partes y buscando. Se acercó a un anciano que estaba sentado al borde del camino y le preguntó: “por favor, señor, ha visto pasar por aquí a algún cristiano?”.
El anciano, encogiéndose de hombros le contestó: “depende del tipo de cristiano que ande buscando”. “Perdone, dijo contrariado el hombre, “pero yo soy nuevo en esto y no conozco los tipos que hay. Sólo conozco a Jesús”.
Y el anciano añadió: “pues sí, amigo, hay de muchos tipos y maneras”. Los hay para todos los gustos: “hay cristianos por cumplimiento, por tradición, por costumbres, por superstición, por obligación, por conveniencia y cristianos auténticos”.
“Los auténticos! Esos son los que busco! Los de verdad!”, exclamó el hombre emocionado. “Vaya!”, dijo el anciano con voz grave. “Esos son los más difíciles de ver. Hace ya mucho tiempo que pasó uno de esos por aquí, y precisamente me preguntó lo mismo que usted”.
“Cómo podré reconocerle?”. Y el anciano respondió tranquilamente: “no se preocupe amigo. No tendrá dificultad en reconocerle. Un cristiano de verdad no pasa desapercibido en este mundo. Lo reconocerá por sus obras. Allí donde van, siempre dejan huellas”
Vosotros sois la sal, vosotros sois la luz. Esa fue la manera que tuvo el Señor de decirles a sus discípulos y a todos nosotros que debemos ser cristianos que dejan huella. Un cristiano comprometido con el Evangelio no pasa desapercibido, al igual que la sal y la luz no pasan desapercibidas.
Cada día y en cada acontecimiento tenemos la oportunidad de demostrarle al mundo la importancia de los cristianos, de ser sabor, de iluminar, de dejar nuestra impronta.
No pasemos por esta vida sin que se note nuestra presencia, eso será señal de que vivimos como cristianos que son sal y son luz, como cristianos que transforman el mundo, que dejan huella.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario