domingo, 29 de mayo de 2016

SOLEMNIDAD DEL CUERPO Y DE LA SANGRE DEL SEÑOR

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 9, 11b-17
En aquel tiempo, Jesús se puso a hablar a la gente del Reino de Dios, y curó a los que lo necesitaban. Caía la tarde y los Doce se le acercaron a decirle:
-- Despide a la gente; que vayan a las aldeas y cortijos de alrededor a buscar alojamiento y comida; porque aquí estamos en descampado.
Él les contestó:
-- Dadles vosotros de comer.
Ellos replicaron:
-- No tenemos más que cinco panes y dos peces; a no ser que vayamos a comprar de comer para todo este gentío.
Porque eran unos cinco mil hombres. Jesús dijo a sus discípulos:
-- Decidles que se echen en grupos de unos cincuenta.
Lo hicieron así, y todos se echaron. Él, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.

HOMILÍA
Según una vieja leyenda, un famoso guerrero va de visita a la casa de un maestro Zen. Al llegar se presenta a éste, contándole de todos los títulos y aprendizajes que ha obtenido en años de sacrificados y largos estudios.

Después de tan sesuda presentación, le explica que ha venido a verlo para que le enseñe los secretos del conocimiento Zen.

Por toda respuesta el maestro se limita a invitarlo a sentarse y ofrecerle una taza de té.

Aparentemente distraído, sin dar muestras de mayor preocupación, el maestro vierte té en la taza del guerrero, y continúa vertiendo té aún después de que la taza está llena.

Consternado, el guerrero le advierte al maestro que la taza ya está llena, y que el té se escurre por la mesa.

El maestro le responde con tranquilidad:

- "Exactamente señor. Usted ya viene con la taza llena, ¿cómo podría usted aprender algo?"

Ante la expresión incrédula del guerrero el maestro enfatizó:

- "A menos que su taza esté vacía, no podrá aprender nada".
Cada vez que vamos a la Eucaristía, se realiza en nosotros el misterio de llenarnos de Dios, de recibirlo a Él para llenar nuestra fe de su don, de su amor. Pero de nada sirve llenarnos, si nuestra taza ya estaba llena.
Llegamos con preocupaciones, y sobre todo llenamos nuestra vida de nosotros mismos, de nuestros egoísmos, de nuestras fragilidades, por eso termina la misa y salimos igual que entramos, y repartimos en nuestra vida eso que llevamos dentro.
Sin embargo, si somos capaces de vaciarnos de nosotros mismos, de llenarnos de Dios, de ese cuerpo entregado, de ese don del amor, al salir, al volver a nuestra vida, entregaremos lo que llevamos, al mismo Dios hecho cuerpo, al mismo Amor entregado.
Día grande, el que celebramos hoy, vaciémonos de nosotros mismos, llenémonos de Dios, y seamos custodias, que lleven a Cristo a la calle, para darlo y repartirlo en el amor.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 22 de mayo de 2016

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 16, 12-15
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-- Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora: cuando venga él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir. Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de los mío y os lo anunciará.

HOMILÍA
Había un hombre sentado en la esquina de una calle, con una gorra a sus pies y un pedazo de madera que, escrito con tiza blanca, decía:

“Por favor, ayúdame, soy ciego”

Un creativo de publicidad que iba de camino al trabajo se detuvo frente a él, leyó el letrero y se quedó pensativo. El ejecutivo observó que sólo había unas cuantas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso, cogió el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otra frase en la parte de detrás. A continuación volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego, y se marchó sin decir una palabra.

Por la tarde, el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Su gorra estaba llena de billetes y monedas. El ciego reconoció sus pasos y le preguntó si había sido él quien había cogido su cartel y había garabateado en él.

- “¿Qué es lo que usted ha escrito o pintado en mi tabla?”, le preguntó con curiosidad el invidente.

El publicista le contestó:

- “Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, aunque está expresado con otras palabras”.

El publicista sonrió y continuó su camino.

El ciego nunca lo supo, pero su nuevo cartel rezaba:

“Hoy es primavera, y no puedo verla”
Celebramos hoy la fiesta de la Santísima Trinidad, recordamos que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, y que lo que los hace un solo Dios es el amor que los une y que quiso demostrárnoslo a nosotros creándolo todo para nosotros, muriendo en la cruz y acompañándonos en cada paso que damos en nuestra vida. El amor es lo que define a nuestro Dios Trinidad.
Y sin embargo, a pesar de que no se se puede entender a nuestro dios Trinidad sin ese amor, cada vez son más los que desconocen ese mensaje, y cada vez son más lo que tienen una imagen errónea de Dios. ¿a qué se debe?.
Simplemente a que a lo largo de la historia, los cristianos nos hemos empeñado en mostrar a Dios con un mensaje que no convence, no porque Dios haya actuado de otra manera, sino porque nosotros, con nuestra vida, con nuestra forma de vivir y de actuar no logramos convencer a nadie.
Si los cristianos, los que hemos sido amados por Dios, no somos capaces de mostrar al mundo ese amor, será imposible que el mundo crea en un Dios que es Padre, Hijo y Espñiritu Santo.
Mostrémosle al mundo el mensaje del amor, amémonos unos a otros como Dios nos ama, esa es la mejor propaganda que le podemos hacer a Dios.

FELIS DOMINGO Y QUE DIO SPADRE, HIJO Y ESPÍRITU SANTO OS BENDIGA.

domingo, 15 de mayo de 2016

DOMINGO DE PENTECOSTÉS

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-23
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:
--Paz a vosotros
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:
-- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.
Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:
-- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

HOMILÍA
Cuando el Señor ascendió a los cielos les hizo una promesa a sus apóstoles: que les enviaría el Espíritu Santo para que estuviera con ellos y los ayudase.
Desde que el Espíritu bajó sobre los apóstoles ha seguido ayudando a la Iglesia a seguir adelante y sobre todo ha seguido siendo el que infunde el valor y la alegría en la vida de cada cristiano.
Pero, ¿para qué sirve el Espíritu Santo? De las tres personas de la Trinidad es el gran desconocido. Dios Padre es el creador de todo, Dios Hijo es el autor de la nueva creación a través de su muerte y resurrección, pero ¿y Dios Espíritu Santo?
Para contestar esa pregunta, nada mejor que un pequeño cuento: “Un príncipe poseía un magnífico diamante, del que estaba muy orgulloso. Un día, a causa de un accidente, la piedra preciosa sufrió un tremendo arañazo.
Este hecho entristeció al príncipe, que decidió poner todo su empeño en conseguir que el diamante volviera a ser lo que había sido.
Para ello convocó a los más hábiles especialistas, con el fin de que la joya recuperase su estado original. Pero, a pesar de todos los esfuerzos, no pudieron borrar ni disimular la raya,
Apareció entonces un genial lapidario. Con arte y paciencia, talló en el diamante una magnífica rosa, y fue lo suficientemente hábil para hacer del arañazo el tallo mismo de la rosa… de tal manera que la piedra preciosa apareció después mucho más bella que antes.”
La tarea del Espíritu Santo, es precisamente la misma que la del lapidario del cuanto, hacer de nuestras imperfecciones obras magníficas.
Algo que nosotros tenemos claro y que Dios también lo sabe es que somos limitados, que no somos perfectos, pero que es en nosotros donde él quiere realizar su obra, así que por medio del Espíritu Santo Él nos va modelando y perfeccionando, claro está, siempre y cuando nosotros nos dejemos modelar.
Así pues, en este domingo de Pentecostés, pidámosle al Señor que siempre estemos dispuestos a recibir su Espíritu y sobre todo a dejarnos modelar por Él, para que a través de nosotros el Señor pueda hacer obras grandes.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 8 de mayo de 2016

DOMINGO DE LA ASCENSIÓN

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 24, 46-53
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-- Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Y vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.
Después los sacó hacia Betania, y levantando las manos los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo hacia el cielo) Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.

HOMILÍA
Era una soleada tarde de domingo en una ciudad apartada de la capital del país. Un buen amigo mío salió con sus dos hijos a pasear un rato para aprovechar la belleza del paisaje y el aire fresco de la tarde. Llegaron a las afueras de la ciudad, donde estaba acampado un pequeño circo que ofrecía sus funciones con mucho éxito. Mi amigo le preguntó a sus hijos si querían disfrutar del espectáculo aquella tarde. Los niños, sin dudarlo, dieron un brinco de alegría y se dispusieron a gozar. Mi amigo se acercó a la ventanilla y preguntó: –¿Cuánto cuesta la entrada? – 10 Euros por usted y cinco Euros por cada niño mayor de seis años – contestó el taquillero. – Los niños menores de seis años no pagan. ¿Cuántos años tienen ellos? – El abogado tiene tres y el médico siete, así que creo que son quince Euros – dijo mi amigo. – Mire señor – dijo el hombre de la ventanilla – ¿se ganó la lotería o algo parecido? Pudo haberse ahorrado cinco Euros. Me pudo haber dicho que el mayor tenía seis años; yo no hubiera notado la diferencia. – Sí, puede ser verdad – replicó mi amigo – pero los niños sí la hubieran notado.
“Vosotros sois testigo de esto”. Así terminó su predicación Jesús entre nosotros antes de subir a los cielos. Nos dejó el encargo de ser los portadores de su mensaje. Pero no en vidas ideales, ni en vidas distintas a las nuestras, sino en nuestro día a día.
Para dar testimonio del Evangelio no hace falta que seamos personas extraordinarias. Sólo hace falta que seamos cristianos y testigos en cada momento de nuestra vida. De eso depende que los que vienen detrás de nosotros aprendan a vivir como cristianos. No de los milagros que hagamos, sino del ejemplo que demos en nuestro día a día.
Seamos testigos de Cristo, vivamos nuestra vida amando a los demás y sobre todo en cada pequeño detalle dando testimonio de lo que somos y de lo que Dios quiere de nosotros.

FELIZ DOMINGO DE LA ASCENSIÓN Y QUE DIOS OS BENDIGA. 

domingo, 1 de mayo de 2016

DOMINGO VI DEL TIEMPO PASCUAL

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 23-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- El que me ama guardará mi palabra y mi padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es la mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado ahora que estoy a vuestro lado; pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La Paz os dejo, mi Paz os doy: No os la doy como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais os alegraríais de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.

HOMILÍA

Un empresario agricultor, de poco estudio, participaba todos los años en la principal feria de agricultura de su ciudad. Lo más extraordinario es que él siempre ganaba año tras año, el trofeo: maíz del año. Entraba con su maíz en la feria y salía con la faja azul recubriendo su pecho. Su maíz era cada vez mejor.

En una ocasión de esas, un reportero de televisión abordó al agricultor después de la tradicional colocación de la faja de campeón. Él quedó muy intrigado con la revelación del agricultor, de como acostumbraba a cultivar su calificado y valioso producto. El reportero descubrió que el agricultor compartía buena parte de las mejores semillas de su plantación de maíz con sus vecinos.

- "¿Cómo puede usted compartir sus mejores semillas con sus vecinos, cuando ellos están compitiendo directamente con usted?"

El agricultor respondió:

- "¿Usted no sabe? ¡Es simple!. El viento recoge el polen del maíz maduro y lo lleva de campo en campo. Si mis vecinos cultivaran maíz inferior al mío, la polinización degradaría continuamente la calidad de mi maíz. Si yo quiero cultivar maíz bueno, tengo que ayudarlos a cultivar el mejor maíz, cediendo a ellos las mejores semillas."
No es cuestión de competir, en la vida, lo verdaderamente importante es compartir. Se parecen estas dos palabras pero no tienen nada que ver. Competir es querer ser más que los demás, querer que el otro baje para que yo suba. Compartir es hacer que tanto yo como el otro subamos y ganemos.
En esto consiste el amor, en esto consiste el mensaje de Jesús, en esto consiste el Evangelio. En compartir.
Pero no tiene que ser nada material, aún diría más, no se trata de eso. Se trata de compartir el amor, porque cuanto más amemos, más fácil le será al otro amar. Porque cuando alguien se siente amado, resulta muy fácil  darlo a los demás. Por eso Jesús nos amó primero, y lo hizo hasta el extremo. Ahora nos toca a nosotros hacer lo mismo.
No temamos amar, Él nos ha dejado su Espíritu para que podamos hacerlo. Porque sólo amando podremos crecer nosotros y hacer crecer a los demás.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.