domingo, 2 de julio de 2023

DOMINGO XIII DEL TIEMPO ORDINARIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10,37-42

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles:

«El que quiere a su padre o a su madre más que a mí, no es digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno de mí; y el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de mí.

El que encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará. El que os recibe a vosotros me recibe a mí, y el que me recibe, recibe al que me ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta, tendrá recompensa de profeta; y el que recibe a un justo porque es justo, tendrá recompensa de justo.

El que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno de estos pequeños, solo porque es mi discípulo, en verdad os digo que no perderá su recompensa».

 

HOMILIA

Uno de los jóvenes buscadores que había acudido a uno de los padres del desierto en busca de guía y de consejo, estaba particularmente preocupado por el secreto de la perseverancia; veía que eran muchos los llamados y pocos los que, efectivamente, se mantenían firmes hasta el final de sus días en el camino comenzado. El Abba, como se les solía llamar a estos Padres durante los primeros siglos de la Iglesia, le dijo al joven novicio:

Cuando un hombre sale con su jauría de perros a cazar, va buscando un venado o una liebre entre los montes y los valles. En un momento determinado uno de los perros reconoce con su olfato la presencia de la presa a lo lejos. Sin perder un instante, comienza a correr y a ladrar, señalando el rumbo a los demás perros y al cazador. Los demás perros también corren y ladran, pero no saben, propiamente hablando, detrás de qué van... por eso, cuando aparecen los obstáculos en el camino, los matorrales cerrados, las quebradas profundas, las cimas infranqueables, se llenan de miedo y dejan de correr. No tienen la culpa, porque, sencillamente, no saben a dónde van, ni qué buscan. Pero el perro que logró olfatear la presa, no tiene inconveniente en superar todas las dificultades que se le puedan presentar en su camino, hasta que llega a atrapar a su presa en compañía de su Señor.

Algo parecido nos pasa en la vida a todos los cristianos. Si no tenemos claro detrás de quién vamos, si nos enredamos haciendo relativo lo absoluto y absoluto lo relativo, terminamos perdiendo el rumbo y olvidando para dónde vamos y qué es lo que buscamos.

Hoy el Evangelio parece que nos propone elegir entre amar a Dios o amar a las personas cercanas, y lo que quiere expresar es todo lo contrario. Hoy Jesús nos habla de elegir a quien seguimos, si seguimos a las cosas de este mundo, o si seguimos a Dios y el camino que Él nos propone. Sólo amando a Dios, podremos amar a todo el mundo y no sólo a los más cercanos. Porque el amor cristiano no se centra sólo en unos cuantos, sino que se centra en Dios parar poder llegar a todos.

Que sigamos siempre a Dios en  nuestro corazón, para que así nuestra familia, nuestros amigos e incluso nuestros enemigos tengan cabida en nuestro corazón, como en el corazón de Dios todos tenemos cabida.

FELIZ DOMINO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 25 de junio de 2023

DOMINGO XII DEL TIEMPO ORDINARIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 10, 26-33

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

«No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay encubierto, que no llegue a descubrirse; ni nada hay escondido, que no llegue a saberse.

Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz, y lo que os digo al oído pregonadlo desde la azotea.

No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No; temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna”. ¿No se venden un par de gorriones por uno céntimo? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; valéis más vosotros que muchos gorriones.

A quien se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre que está en los cielos»

HOMILIA

Jenny era una hermosa niña de cinco años, de ojos relucientes. Un día, mientras ella con su mamá visitaban unas tiendas, Jenny vio un collar de perlas de plástico que costaba 8 euros. ¡Cuánto deseaba poseerlo!. Preguntó a su mamá si se lo compraría.

Su mamá le dijo:

“Hagamos un trato. Yo te compraré el collar y cuando lleguemos a casa haremos una lista de tareas que podrás realizar para pagar el collar. Y no te olvides que para tu cumpleaños, es muy posible que tu abuelita te regale 10 euros ¿Estás de acuerdo?”.

Jenny estuvo de acuerdo y su mamá le compró el collar de perlas. Gracias a su esforzado tesón y a los 10 euros que le regaló su abuelita, Jenny canceló su deuda.

Jenny amaba sus perlas y las llevaba puestas a todas partes, menos cuando se bañaba, pues su mamá le había dicho que se volvía de color verde con el agua.

Jenny tenía un papá que la quería mucho, Cuando Jenny iba a su cama, él se levantaba del sillón para leerle su cuento preferido.

Una noche, cuando terminó el cuento, le dijo:

“Jenny, ¿tú me quieres?”

“Oh, sí papá, tú sabes que te quiero”

“Entonces, regálame tus perlas”.

“Oh, papá, mis perlas no”, dijo Jenny.

Una semana después, el papá volvió a preguntarle:

Jenny, ¿tú me quieres?”.

“Oh, sí papá, tú sabes que te quiero”.

“Regálame tus perlas”.

“Oh, papá mis perlas no, pero te doy a Lazos mi caballo de juguete. Es mi favorito, su pelo es tan suave y tú puedes jugar con él”.

“No, hijita, que Dios te bendiga y felices sueños”, le dijo el papá dándole un beso en la mejilla.

Algunos días después, cuando el papá de Jenny entró en su habitación, Jenny estaba sentada en su cama y le temblaban los labios:

“Toma, papá”, y estiró su mano.

La abrió y en su interior estaba su querido collar de perlas de plástico, el cual entregó a su padre.

Con una mano, él tomó las perlas de plástico, y con la otra sacó de su bolsillo una cajita de terciopelo azul. Dentro de la cajita había un collar de perlas verdaderas. El papá las había tenido todo este tiempo esperando a que Jenny renunciara a la baratija de sus perlas para poder darle el collar de verdadero valor.

NO tengáis miedo nos dice el Señor, no tengáis miedo a renunciar a algo por el reino de Dios, por que la recompensa siempre será mayor.

NO tengáis miedo, porque nuestro Padre siempre está con nosotros, porque cuida de cada uno de sus hijos.

No tengáis miedo a esta sociedad en la que se busca solo la fachada, en la que las personas se miden por lo que tienen y no por lo que se son, porque vosotros tenéis el poder de transformarlo con vuestra vida.

Somos nosotros los que sin miedo debemos salir al mundo y con amor y esfuerzo ir transformando esta sociedad, pero siempre que no tengamos miedo a lo que digan, a las críticas y que nos miren con desprecio.

Que seamos capaces de superar nuestros miedos. Dios siempre sostiene nuestro caminar, Dios siempre tiene una gran recompensa para nosotros. FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 18 de junio de 2023

DOMINGO XI DEL TIEMPO ORDINARIO

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 

En aquel tiempo, al ver Jesús a las gentes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y abandonadas, como ovejas que no tienen pastor.

Entonces dijo a sus discípulos: «La mies es abundante, pero los trabajadores son pocos; rogad, pues, al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.»

Y llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia. Éstos son los nombres de los doce apóstoles: el primero, Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Santiago el Zebedeo, y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé, Tomás y Mateo, el publicano; Santiago el Alfeo, y Tadeo; Simón el Celote, y Judás Iscariote, el que lo entregó.

A estos doce los envió Jesús con estas instrucciones: «No vayáis a tierra de gentiles, ni entréis en las ciudades de Samaría, sino id a las ovejas descarriadas de Israel. Id y proclamad que el reino de los cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, limpiad leprosos, echad demonios. Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis.»

HOMILIA

Un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de la carne para el zorro.

Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del mismo tigre. El comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo: «Voy también yo a quedarme en un rincón, confiando plenamente en el Señor, y éste me dará cuanto necesito».

Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y. el pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una Voz que le decía: «¡Oh, tú, que te hallas en la senda del error, abre tus ojos a la Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado».

Muchos hoy  la única idea que tienen de Dios, de la religión y de la fe, es lo que ven en los que creemos. La gente no siempre se cree lo que decimos, pero  creerán en  lo que hacemos. Si  se nos nota que  creer en el Señor y confiar en su amor nos sirve de verdad en la vida, estaremos ayudando a que otros, por lo menos, se lo piensen. Sin nosotros, con todas nuestras faltas,  es imposible que continúe ni la Iglesia ni el evangelio. Cristo nos necesita a todos. Que en la lista de sus apóstoles no falte ni tu nombre ni el mío.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 11 de junio de 2023

SOLEMNIDAD DEL CORPUS CHRISTI

 

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 6, 51-58

En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos:

-- Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo.

Disputaban los judíos entre sí:

-- ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

Entonces Jesús les dijo:

-- Os aseguro que si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día. Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. El Padre que vive me ha enviado, y yo vivo por el Padre; del mismo modo, el que me come vivirá por mí. Éste es el pan que ha bajado del cielo: no como el de vuestros padres, que lo comieron y murieron; el que come este pan vivirá para siempre.

HOMILÍA

Cuenta el místico árabe Sa´di que un hombre que paseaba por el bosque vio un zorro que había perdido sus patas, por lo que el hombre se preguntaba cómo podría sobrevivir. Entonces vio llegar a un tigre que llevaba una presa en su boca. El tigre ya se había hartado y dejó el resto de loa carne para el zorro. Al día siguiente Dios volvió a alimentar al zorro por medio del mismo tigre. El hombre comenzó a maravillarse de la inmensa bondad de Dios y se dijo a sí mismo: “Voy también yo a quedarme en un rincón confiando plenamente en el Señor, y éste me dará cuanto necesito.  Así lo hizo durante muchos días; pero no sucedía nada y el pobre hombre estaba casi a las puertas de la muerte cuando oyó una Voz que le decía: “ ¡Oh, tú, que te hallas en la senda del error, abre tus ojos a la Verdad! Sigue el ejemplo del tigre y deja ya de imitar al pobre zorro mutilado.

Hoy celebramos el domingo del Corpus. Hoy recordamos que Cristo se entrega por todos nosotros, que se quiso quedar para siempre con nosotros a través de su cuerpo y de su sangre, para ser nuestro alimento y nuestra fuerza.

Por eso hoy celebramos el día del amor fraterno, porque si Cristo nos amó hasta el final, así debemos amar nosotros, porque no podemos conformarnos con ser como el zorro mutilado, sino como el tigre. Todos nosotros tenemos la capacidad de amar, por eso nos pide Cristo que lo hagamos, que nunca nos cansemos de hacerlo, como él no se cansa de hacerlo con nosotros.

FELIZ DOMINGO DEL CORPUS Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 4 de junio de 2023

DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 3, 16-18

Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será juzgado; el que no cree ya está juzgado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios.

 

HOMILÍA

Cuenta San Agustín que escribiendo su libro “De Trinitate”, tuvo un sueño: iba caminando por la playa cuando vio a un niño que estaba echando agua en un agujero que había hecho en la arena.

San Agustín le pregunto: “¿Qué estás haciendo?”.

A lo que el niño le respondió: “Estoy intentando meter toda el agua del mar en este agujero”.

¡Eso es imposible!. Contestó San Agustín. “Nunca lograrás hacerlo, es una tarea que nunca se acabará”.

Y el niño respondió: Es lo mismo de imposible que intentar explicar en un libro el misterio de la Trinidad.

Nosotros creemos en un Dios Trinidad. En un Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¿Pero eso como se explica? De ninguna forma. No hace falta explicarlo. Hace falta creerlo, pero más aún, y es lo importante de esta fiesta, hace falta vivirlo.

Creer en el misterio de la Santísima Trinidad nos obliga a vivir según esa fe y por tanto a hacerla vida. Nos obliga a ser como el Padre, amando a todos sin importarnos su fe, sus ideas, o su condición social. Nos obliga a ser como el Hijo y entregarnos por completo ante las necesidades del otro. Y nos obliga a ser como el Espíritu Santo siempre dispuesto a ayudar donde se nos necesite.

Y para lograr vivir esta fe necesitamos también dejarnos amar por el Padre, siempre dispuesto a perdonarnos y a acogernos. Necesitamos dejarnos salvar por el Hijo, que vino a este mundo a liberarnos de la esclavitud de nosotros mismos, de nuestros egoísmos, de nuestras miserias. Y necesitamos de la fuerza del Espíritu Santo, siempre dispuesto a animarnos en nuestro camino y a darnos fuerzas para superar todas las dificultades.

El misterio de la Santísima Trinidad cobra sentido cuando lo llevamos a nuestra vida, cuando lo hacemos nuestro, pero sobre todo cuando lo damos a los demás, dándonos a nosotros mismos.

Que no nos haga falta nunca explicar en lo creemos, porque todo aquel que vea nuestra forma de vivir pueda decir: “mira, ese es cristiano, se le nota por sus obras que cree en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo”.

FELIZ DOMINGO Y QUE LA SANTÍSIMA TRINIDAD OS BENDIGA.

domingo, 28 de mayo de 2023

DOMINGO DE PENTECOSTÉS

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo:

-- Paz a vosotros

Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió:

-- Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.

Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo:

-- Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.

 

HOMILÍA

Hoy hace cincuenta días que estábamos celebrando la resurrección del Señor. Durante este tiempo de Pascua, hemos estado celebrando que Cristo venció a la muerte y que nos dio una nueva oportunidad para poder hacer nosotros lo mismo.

Hoy, domingo de Pentecostés, celebramos que la Iglesia comienza a caminar sola, o más bien acompañada por un defensor, por una fuerza increíble, la del Espíritu Santo.

Hace un tiempo me contaban una anécdota que le pasó a un sacerdote. Estaba conversando con el dueño de una fábrica de jabones, y éste le decía que no creía que el Espíritu Santo sirviera para nada, porque él veía a muchos cristianos, bautizados, con el Espíritu Santo y que eran muy malas personas. Ante esto el sacerdote le repuso, “entonces yo creo que su jabón tampoco sirve para nada, ya que veo a muchas personas que van muy sucias”. El hombre le contestó: “eso no es problema del jabón, sino de que no lo usan”, “pues lo mismo pasa con el Espíritu Santo”, repuso el sacerdote, “si no dejan que actúe en ellos no puede hacer nada.

Efectivamente, esa es la fiesta que celebramos hoy, una fiesta en la que se nos recuerda que recibimos un día el Espíritu Santo, en nuestro bautismo, en nuestra confirmación, pero que si no dejamos que él actúe en nosotros, no servirá de nada.

Nosotros creemos en un Dios Todopoderoso, pero a la vez en un Dios que cree en la libertad de cada uno para aceptarlo o no. No impone, no lo hace a la fuerza. Por eso hoy no vuelve a recordar que está con nosotros, esperando que le dejemos actuar en nuestras vidas, que no tiene prisa, y sí una paciencia infinita. Que siempre estará con los brazos abiertos esperando a que dejemos que entre e nuestras vidas, que transforme nuestro ser.

Que el Espíritu Santo entre en nuestros corazones, que nos dé su fuerza, pero sobre todo que nos dé luz para dejarnos guiar por él por los caminos del amor. Un amor infinito que Dios nos tiene y que nosotros debemos tener por los demás.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.

domingo, 21 de mayo de 2023

LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 28, 16-20

En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo:

-- Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.

HOMILÍA

Cuando el Señor subió a los cielos, que es la fiesta que celebramos hoy, la Ascensión, sucedieron dos cosas fundamentales. La primera, que Jesucristo colocó nuestra naturaleza a la derecha del Padre, o lo que es lo mismo que nos abrió el camino para gozar de su gloria. Y segundo, que dejó el destino de este mundo en nuestras manos, unas manos frágiles, imperfectas.

Id al mundo entero y predicad el Evangelio, fue lo último que les dijo a los apóstoles, y es lo mismo que nos vuelve a decir a nosotros, día tras día. Pero la verdad es que por mucho que seamos cristianos y que queramos hacerlo, nos cuesta muchísimo llevarlo a cabo.

Seguro que cada uno de nosotros tiene una razón, o muchas, para cada día no vivir como cristiano, pero yo creo que hay una que todos compartimos. Os lo explico con un cuento: Un rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro domador para que los entrenara. Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de los de los halcones estaba perfectamente educado, pero que el otro no sabía lo que le sucedía: no se había movido de la rama desde el día de su llegada al palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí.

El rey mandó llamar curanderos y sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el pájaro continuaba inmóvil. Publicó por fin un edicto entre sus súbditos, y, a la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente entre los jardines.

Tráiganme al autor de este milagro, dijo. Enseguida le presentaron a un campesino. ¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿eres mago, acaso?. Entre feliz e intimidado, el hombrecito solo explicó: "No fue difícil, su alteza, solo corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar".

Esta es la verdadera razón por la que nos cuesta tanto trabajo llevar a cabo la última recomendación del Señor, estamos tan apegados a nuestra rama, a nuestra vida, a nosotros mismos, a lo que tenemos, a la gente que nos rodea, que no somos capaces de desprendernos de muchas de ellas para poder llevar el mensaje del Evangelio. Y no me refiero a irnos de misiones, ni nada de eso, sino a ser libres para poder darnos a los demás.

Lo que ocurre, es que querer cumplir el Evangelio siempre trae complicaciones. En vez de estar pensando solo en mi y en los míos, debo pensar en los que ni siquiera conozco. En vez de perdonar y hacer un esfuerzo, es mejor olvidar a esa persona y borrarla de mi vida. En vez de amar a aquellos que no me aman, es más fácil amar a los que si me aman.

Es más fácil seguir agarrado a mi rama, que alzar el vuelo, y dejarme llevar por el viento del Espíritu que me hace llamar a Dios Padre, y a todos los que me rodean, hermanos, más aún, hermanos amados.

FELIZ DOMINGO Y QUE DIOS OS BENDIGA.