sábado, 11 de mayo de 2013

DOMINGO D ELA ASCENSIÓN DEL SEÑOR


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 24, 46-53
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-- Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Y vosotros sois testigos de esto. Yo os enviaré lo que mi Padre ha prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.
Después los sacó hacia Betania, y levantando las manos los bendijo. Y mientras los bendecía, se separó de ellos (subiendo hacia el cielo) Ellos se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
HOMILÍA
Un día San Francisco de Asís, al salir del convento, se encontró con Fray Junípero. Fray Junípero era un fraile bueno y sencillo y san Francisco lo quería mucho. Al cruzarse con él, le dijo:
-Fray Junípero, vente conmigo a predicar
-Padre -le contestó éste- tú sabes que tengo pocas letras. ¿Cómo me las voy a arreglarlo para predicar a la gente?.
Pero ante la insistencia de san Francisco, Fray Junípero acabó por aceptar.
Dieron vueltas y vueltas por toda la ciudad, rezando en silencio por todos los que estaban trabajando en las tiendas y en los huertos. Sonrieron a los niños que pasaban, en especial a los más pobres. Se entretuvieron charlando un rato con los ancianos. Repartieron caricias a los enfermos y a los impedidos. Y ayudaron a una pobre mujer a llevar un pesado cántaro lleno de agua.
Después de haber recorrido varias veces la ciudad en una y otra dirección, san Francisco dijo:
-Fray Junípero, ya es hora de volver al convento.
- Pero, ¿y nuestra predicación? –preguntó sorprendido Fray Junípero.
- ¿Y qué crees tú que hemos hecho por la ciudad sino predicar? – contestó sonriente San Francisco.
“Vosotros sois testigos de esto”, fueron las palabras de despedida del Señor antes de ascender a los cielos. Fue un encargo a los apóstoles y hoy es un encargo que nos hace a todos nosotros.
Nuestra vida de cristianos, se fundamente en la predicación, pero no de palabra, sino con nuestras obras, con nuestra manera de vivir y con nuestro esfuerzo diario por hacer a las personas que se encuentran con nosotros un poquito más felices.
Que la fiesta de la ascensión, nos ayude a todos nosotros a vivir cada día nuestra vocación de cristianos siendo testigos de Jesucristo con nuestra vida.
FELIZ DOMINGO Y FELIZ SEMANA. QUE DIOS OS BENDIGA.

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